La simple promesa de que un estatuto del artista puede solventar gran parte de los problemas de los artistas resulta equívoca y embaucadora. Otras vías son posibles y preceptivas antes de enviar cualquier propuesta política al Parlamento
Sobre el espíritu cultural de nuestro tiempo
La simple promesa de que un estatuto del artista puede solventar gran parte de los problemas de los artistas resulta equívoca y embaucadora. Otras vías son posibles y preceptivas antes de enviar cualquier propuesta política al Parlamento