“Haremos lo que sea necesario y créanme que será suficiente”. Desde que Mario Draghi pronunciase su famosa interpretación de esta … Más
Categoría: Administración
Sin lloros ni lamentos
Algunas coordenadas que ayudan a orientar la gestión cultural en tiempos del coronavirus.
El patronato y la mejora de la gobernanza de las instituciones culturales
Reformar o modernizar la gobernanza de las instituciones culturales de nuestro país es necesario y perentorio, pero hacerlo de espaldas a los requisitos de la sociedad sería un error. Nuestra sugerencia de “copiar bien” modelos que han funcionado muy cerca de nosotros apela a una innovación desde el pragmatismo y la responsabilidad.
Cultura de Ministerio de Cultura
Porque más allá de lo simbólico que es tener un Ministerio propio para los asuntos culturales, es más necesario definir bien hoy día qué es lo que ese Ministerio debería hacer, y de eso no se ha hablado mucho.
Después de nosotros, el diluvio!
Ya que en recuperación nos hallamos, no debemos desaprovechar la oportunidad de introducir en la agenda pública temas de política cultural, de redundar en el carácter práctico y útil de la cultura, de marcar una nueva hoja de ruta que busque ser compartida por una base social ancha e ideológicamente variada.
Entre datos anda el juego
«Si debemos destinar recursos para recopilar, agregar e interpretar datos, cosa que no debería ponerse en duda, al menos hagámoslo conforme a unas necesidades actualizadas y orientadas a la mejora de la gestión pública».
Recambio en los “Ayuntamientos del cambio”
«Los cambios erráticos de personas al frente de las principales instituciones culturales municipales, al menos en Madrid y Barcelona, hunden la mirada. La inconcreción de planes o programas de índole restructuradora. Los concursos convocados para renovar las direcciones de equipamientos culturales siembran más discordia que ilusión despiertan. La gestión a ralentí de las estructuras existentes… y así un largo etcétera de medidas (o falta de medidas) que han lastrado el ánimo de todos aquellos que desde la cultura en su tiempo se animaron a apoyar estas candidaturas.»
No hay guerras culturales, vuesas mercedes
En definitiva, no son guerras culturales, sino ineficacia política. Algo muy obvio; cuando las expectativas eran tan altas lo único que queda es decepcionar.
No es tiempo de viejos lobbies, sino de ideas y propuestas
Lo de recurrir a los “representantes de la cultura”, esos viejos lobbies, también es un vicio que un político cómodo o una administración débil son incapaces de vencer. Un vicio del que supone un fraude democrático que urge corregir.